Roberto Benítez Robles (1971-Presente)

Carrusel Feria de Alegría (2024),

Acrílico sobre lienzo, 120 cm x 160 cm

“Llueve y al árbol le pesan sus hojas, a los rosales sus rosas. Llueve y el jardín huele a infancia, a cercanía de todos los milagros, a ausencia de todas las memorias” Hugo Mujica

Arte en carruseles de Roberto Benítez: Los colores vibrantes de la obra son lo primero que resaltan, característicos del estilo iconográfico del artista, transportándonos a la infancia mexicana.

En el primer plano, el pasto y las flores dan volumen, mostrando la extensión requerida para un carrusel. Esta apertura a la naturaleza revela grandes árboles al fondo, mientras el cielo azul evoca un día soleado con nubes en movimiento, recreando el Céfiro que las hace caminar con pinceladas largas y difuminadas.

Además, se muestran las partes que componen un carrusel, como los icónicos caballitos de madera, representados en obras anteriores del artista. Estos caballitos, en blanco, negro, dorado, azul, naranja y amarillo, se desplazan mecánicamente de arriba hacia abajo, simulando el galope de un caballo y acompañados de música, haciendo especial el momento de las vueltas.

Arte en Carruseles de Roberto Benítez. Te darán un recorrido visual por toda la colorida feria. Además, se encuentra un pequeño carruaje para que uno o dos niños disfruten juntos de la experiencia.

No solo las infancias pueden disfrutar de un maravilloso carrusel como este. También se observan personas adultas gozando de los colores, dulces como los algodones de azúcar o helados, y los juegos de azar presentes en la tradición mexicana de una feria.

Incluso se perciben los peculiares aromas que se asoman a través del lienzo. A veces, conforme vamos creciendo, creemos que no podemos volver a ser niños o jugar como antes solíamos hacerlo. Y, sobre todo, regresar a esa felicidad tan noble que nos hacía imaginar un mundo mágico con tan solo ver una flor.

Este cuadro está realizado con el propósito de compartir los sentimientos del artista plasmados en el acrílico. Y, sobre todo, tener en cuenta la existencia de esta memoria colectiva que como mexicanos tenemos ante dichos eventos tradicionales del país.

La mayoría de los mexicanos hemos tenido la fortuna de disfrutar de un evento lleno de vivencias. Esta es una tradición que se remonta a la Edad Media en países europeos.

Las personas se reunían a las puertas de una ciudad para comerciar sus productos. Este evento se emparejaba con la celebración de la advocación de algún santo.

Conforme pasaron los años, se fue esparciendo por todo el mundo. Se creó bajo una mezcla indígena y española, asentándose en la Nueva España, que también empezó como comercio.

Este evento fue evolucionando hasta convertirse en un momento de diversión para todos. Acompañados de los dulces tradicionales como los merengues, palanquetas, alegrías, cocadas, glorias y muchos más. En México, existe una gran variedad de alimentos producidos por este sincretismo mencionado anteriormente.

“Pegasos, lindos pegasos, caballitos de madera. Yo conocí, siendo niño, la alegría de dar vueltas sobre un corcel colorado, en una noche de fiesta. En el aire polvoriento chispeaban las candelas, y la noche azul ardía toda sembrada de estrellas. ¡Alegrías infantiles que cuestan una moneda de cobre, lindos pegasos, caballitos de madera!” Antonio Machado

Utilizo esta cita para ejemplificar cómo la pintura inmortaliza un momento único en la vida de un niño o niña, el cual le será recordado por muchos años.

Me parece que el artista Roberto Benítez Robles lo hace de una manera muy especial; estudiando su técnica y visión para con su obra, me doy cuenta de la importancia que tiene para él transmitir sus memorias a partir de la alegría que estas le dejaron.

Hace un buen uso de la línea para delimitar y darle detalle a las personas. Al mismo tiempo, ocupa cierto estilo de mancha para dar profundidad a la naturaleza.

Al hablar sobre la luz, puedo decir que su forma de manejarla es sutil para continuar con la atmósfera deseada. La luz se considera crucial para alcanzar belleza y balance en la pintura.

Esta idea viene desde las bases del inicio del impresionismo. Sin dejar a un lado todos los detalles pictóricos con los que podremos encontrarnos, en cada rincón habrá algo que llame nuestra atención.

En las ilustraciones adosadas al tablero del carrusel, se distinguen varios paisajes coloridos. Resalta un enorme barco que está adentrándose en una agitada marina grisácea.

La marina nos deja ver la fuerza del mar que mueve las olas, provocando mucha espuma. Si enfocamos con más detalle, alcanzaremos a notar la luz dorada que sobresale de las nubes por medio del celaje.

Este tipo de pintura me recuerda a la temática ocupada por el pintor William Turner.

Gracias a la experiencia que tengo dentro la historia del arte, veo la obra de Benítez como un gran ejemplo de pintura costumbrista mexicana con potencial de acercarnos cada vez más a nuestras raíces, su forma de pintar que incluye cierto toque de realismo nos permite sentirnos identificados con lo que estamos viendo, pero deja la puerta abierta de la memoria a través de las manchas.

Información personal: Cristina De La Llave

Soy estudiante de la licenciatura en Estudios e Historia de las Artes de la Universidad del Claustro de Sor Juana, actualmente trabajo en el Museo de la Acuarela en la parte de museografía, curaduría y conservación de obra; así mismo me desempeño en la investigación y curaduría de obra, proporcionando la difusión del pintor mexicano Roberto Benítez Robles en su galería.

Por un tiempo tuve mi propia sección en la radio de la UNAM, llamada “mujeres en el arte” y hoy en día me encuentro tomando un diplomado de gestión cultural y conservación del patrimonio por parte de la Universidad Bocconi.